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Meditación

La meditación es una práctica para entrenar la mente, serenarla, enfocarla, dar energía, aquietar la voz interior y elevar nuestro estado de consciencia. Nos ancla en el presente, que es donde está la vida y la posibilidad de acción. El pasado es inmodificable y el futuro aún no ha llegado, ni sabemos qué sucederá en él.
Los beneficios de la meditación son múltiples y afectan positivamente al cuerpo y a la mente. Entre ellos se encuentran: mejorar la calidad del sueño, calmar el sistema nervioso, reducir la velocidad del pensamiento, aumentar la intuición, fortalecer el sistema inmunológico, liberar del estrés, mejorar las relaciones sociales, entrenar la mente para vivir en el presente, brindar paz interior, reducir la ansiedad y aumentar la paciencia, y retrasar el envejecimiento. Uno de los resultados de su práctica es la capacidad de no tener una actitud reactiva, es decir, la capacidad de elegir antes de responder.
Nuestra mente funciona como una fábrica que produce pensamientos constantemente. Los científicos afirman que tenemos más de 60.000 pensamientos al día, la mayoría de ellos negativos y relacionados con preocupaciones sobre cosas que nunca llegan a ocurrir o que, cuando suceden, son mejores de lo que habíamos anticipado. ¿Cómo podemos controlarlos? Con la meditación y las técnicas de respiración.

Una concepción equivocada muy común es esperar resultados instantáneos. Después de estar un tiempo sentado y consciente de tu respiración, o usando alguna otra herramienta de meditación, es ilusorio esperar que tu mente simplemente se vacíe. Como cualquier otra habilidad, tu capacidad para meditar mejorará si eres paciente y la conviertes en parte de tu rutina diaria. Si tu mente ha estado acostumbrada a un nivel específico de actividad durante años, no puede cambiar de la noche a la mañana. Requiere paciencia y perseverancia antes, durante y después de la práctica.
La meditación tiene un efecto calmante, ya que regula las ondas del cerebro y modifica nuestro sistema nervioso. Nos permite convertirnos en observadores de nuestros pensamientos, en lugar de estar inmersos en ellos. Además, le damos descanso al cerebro, ya que es el único momento en el que se desconecta y “recarga pilas” para seguir funcionando.
Las investigaciones realizadas al respecto muestran que el simple acto de meditar, incluso durante apenas 10 minutos al día si eres un novato, puede reducir significativamente la activación cerebral en regiones de tu cerebro que tienden a hacer que tu mente divague. Por lo tanto, el simple acto de meditar literalmente está cambiando los patrones predeterminados de tu cerebro.

El Dr. Joe Dispenza dice que la meditación, con el tiempo, no solo puede ayudar a que las neuronas vuelvan a crecer, sino que también hace que tu cerebro se sienta más joven.

La meditación no solo detiene la divagación mental, sino que también construye más conexiones entre las distintas partes del cerebro. A los 5 días de comenzar a meditar ya se detectan cambios en el cerebro.
Las personas que meditan son más felices, según los estudios científicos, más optimistas y más serenas a la hora de tomar decisiones.
Entonces, si hay indicios de que ayuda al poder cerebral, la felicidad, la función inmune e incluso ADN, ¿sería exagerado decir que la meditación es una especie de remedio para la condición humana?
En los últimos años, la meditación ha ganado una gran popularidad entre las masas. Su práctica se ha generalizado entre la gente común. Y también son muchos los famosos y deportistas de élite que meditan todos los días. En las grandes y más exitosas compañías existen programas de meditación para sus empleados.
La práctica de la meditación parece haber sido una receta para el éxito de muchas de las personas más influyentes de la sociedad moderna durante décadas. Los efectos combinados de meditar continuamente a lo largo del tiempo comienzan a cambiar el cerebro y el cuerpo.

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